¿Qué actitud mantener cuando soy perseguido?


Escucha mi oración oh Dios, ¡no pases por alto mi grito de auxilio! Por favor escúchame y respóndeme, porque las dificultades me abruman. Salmos 55:1 -2.

Cuando somos perseguidos experimentamos un sufrimiento muy profundo, especialmente cuando aquellos que se oponen a nosotros son nuestros seres más queridos: familia, amigos, pareja, y esto trae mucho dolor al corazón. Nos decepcionamos, al igual que David quien expresó el dolor de la traición cuando dijo: “No es un enemigo el que me hostiga, eso podría soportarlo. No son mis adversarios los que me insultan con tanta arrogancia, de ellos habría podido esconderme. En cambio eres tú, mi par, mi compañero y amigo íntimo. ¡Cuánto compañerismo disfrutábamos cuando caminábamos juntos hacia la casa de Dios! (Salmos 55: 12-14).
Entonces, ¿qué hacer en estos casos para vivir una vida cristiana conforme a lo dicho en las Escrituras?

Vestidos con la armadura. Lo primero es entender que nuestra fe en Jesús va a traer oposición, y que esa oposición va a comenzar en nuestro entorno más cercano luego debemos estar preparados para afrontar esta prueba y salir victoriosos de ella. Para entender por qué se presenta la persecución es necesario tener conciencia de que estamos en un mundo natural que está gobernado bajo el mundo espiritual, y que por causa del pecado y la desobediencia del hombre, ese mundo espiritual está regido por huestes de maldad, principados y potestades, como lo describe Pablo en la carta a los Efesios. Y ante esto, la única opción es seguir el consejo de mantenernos firmes con toda la armadura de Dios (Efesios 6:12-17).

Permanecer en oración. En segundo lugar, es importante permanecer en una actitud de oración, no solo clamando a Dios para que nos dé fortaleza para afrontar la persecución o la oposición sino que también debemos orar por aquellos que nos persiguen, siguiendo la instrucción dada por Jesús en Mateo 5: 43-48, donde nos invita a orar por nuestros enemigos pues de esa manera estaremos actuando como verdaderos hijos de Dios, y tengamos en cuenta que Jesús nos exhorta a ser perfectos como nuestro Padre es perfecto. Esto no significa que está mal clamar a Dios como lo hizo David para que lo librara de sus enemigos, por el contrario, nuestro Padre desea que seamos honestos y transparentes en mostrarle a Él nuestras emociones, Él es el único en quien podemos confiar, abramos nuestro corazón y clamemos por misericordia no solo para con nosotros, sino también para nuestros opositores, teniendo presente que si bien podemos acercarnos confiadamente al trono de gracia de Dios, no podemos perder de vista su santidad y soberanía.

Mantener una actitud humilde. En tercer lugar es importante también saber que Dios permite todas las cosas en nuestra vida para nuestro bien, Él quiere formar en nosotros el carácter de Cristo, y la persecución o la oposición nos obliga a mantener una actitud de humildad y servicio hacia quienes nos persiguen, tal como hizo Jesús cuando estuvo entre nosotros. Él sabía que Judas lo traicionaría y que Pedro lo negaría, sin embargo, no los apartó de su grupo sino que les sirvió enseñándoles a ser como Él, y perdonó a Pedro y lo restauró, convirtiéndolo en uno de los pilares del cristianismo. Nosotros desconocemos lo que el Señor puede hacer en las vidas de aquellos que nos persiguen; personalmente he conocido a individuos que pasaron de ser perseguidores y luego de aceptar a Cristo fueron perseguidos, y no estoy refiriéndome al apóstol Pablo, aunque él es un gran ejemplo, sé que hoy día hay muchos cristianos que antes de serlo se opusieron a la iglesia y a la predicación del evangelio, pero la actitud amorosa que aquellos a quienes perseguían les mostraron, generaron una transformación en sus vidas.

Esto debe animarnos a seguir firmes en nuestra fe, una fe que es dada a conocer por sus frutos. También se nos ordena vivir por el espíritu y no satisfacer los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa, por lo tanto debemos mostrar amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. Gálatas 5:22.

Confiar en la Promesa. Por último, debemos tener presente la promesa dada por Jesús en el Sermón del Monte, “Dios bendice a los que son perseguidos por hacer lo correcto, porque el reino del cielo les pertenece. Dios los bendice a ustedes cuando la gente les hace burlas y los persigue y miente acerca de ustedes y dice toda clase de cosas malas en su contra porque son mis seguidores. ¡Alégrense! ¡Estén contentos, porque les espera una gran recompensa en el cielo! Y recuerden que los antiguos profetas los persiguieron de la misma manera”. Mateo 5:10 -12.


Saber que obtendremos de Él una recompensa es motivo suficiente para descansar en Su Palabra, mientras esperamos su gloriosa venida. 

Lía Salome.
Coordinadora Iglesia Perseguida.
RevolutionTime Missionary.
www.MisionesRevolutionTime.blogspot.com